Querido Vagabundo:
Se que las cosas no salieron en forma sana, se que tú tienes una forma de cuidar tu vida y yo una forma de tratar de ser parte de ella. Cuando uno se enamora, dice y hace lo que cree que es bueno, nunca siente que invade o rompe. Pero no imaginé que tu espacio fuera tan sagrado, nunca ví esa muralla y tampoco sentí que orbitara como planeta y que tú fueras el Sol.
El olvido es la mejor arma que puedes usar, a ambos nos duele, pero no te preocupes por mi dolor, ese se cura rápido, lo que se queda es el recuerdo. Ese recuerdo de las cosas lindas que vimos, que caminamos, bailamos, no se, sentimos.
Gracias por las charlas, las cartas, las letras y las dedicatorias. Te aseguro que nunca veré igual el Callejón de Manzanares, la iglesia chueca o el agua bendita en tubería. Los querreques en los parques de algún Estado perdido o las cafeterías de colonias muy viejas junto a kioscos de Moros.
Me diste unos momentos hermosos, llenos de luz y de sinceridad. Por ellos, siempre te tendré en mi baúl de los recuerdos.
Empieza un nuevo año y con él nuevas sensaciones, nuevas vidas, nuevos seres. He limpiado mi casa, mi ropa, mi cuerpo y mi mente. Tiré mi agenda, borré teléfonos, cartas, poemas, risas y recuerdos. Quise ser algo nuevo y creo que lo logré.
Encontrarás en tu buzón tus cartas, prefiero que tú las guardes, yo no podría verlas una vez más.
Cucharacha azul, milagroso, motorcillo, tonto, estrecho de corazón, vagabundo... que te vaya bien.
Esta es mi muralla o mi muro, muy parecido al de Berlín por los graffitis, si algún día me necesitas, grita a la torre de vigilancia y dile al buitre que custodia mi corazón que me buscas, yo no dudaré en hacer lo mismo de tu lado si quiero saber de ti.
Miles de gracias por las noches llenas de estrellas y cigarrillos.
Te quiere
La cruel
Pd: pude soportar tu inconstancia pero tu estrechez de amor nunca, despertaba y sentía que en tu mundo nunca tuve mi lugar.
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