Hoy para mi es un día especial...

...hoy saldré por la noche, descubriré lo que el mundo nos da cuando el sol ya se esconde... *CHECA LA FOTO AL FINAL DE ESTE BLOG, NO SEAS FLOJ@*

viernes, julio 22, 2005

¿QUÉ ES ESO?
¿UN PÁJARO?
¿UN OVNI?
¿UN AVIÓN?
NOOOOOO, ES LA PRÓXIMA FIESTA DE SYV!!!!!!!!!!!!!!

VERANO

CHEQUEN ESTO!!!!

CONEJITO

sábado, julio 09, 2005

Y todo empezó por un sombrero
¿por qué? No lo se tendríamos que preguntárselo a Matiana que un día amaneció con esa necesidad o más bien fijación.
¿Serán los viejitos?, ¿el material de los sombreros? ¿El recuerdo? Insisto yo no puedo contestar a esas preguntas, pero lo que si puedo hacer es narrar que paso, cuando y quienes fueron los participantes de la exposición del pasado viernes 24 de junio.

Ana, aca la Matiana me había pedido desde dos o tres semanas antes que le amenizara su inauguración, sinceramente me imaginé que ella quería que llevara a unos cuantos amigos con sombrero a que la hicieran de gancho publicitario, pero no, se refería a la cuestión musical, ya saben que pinchara discos. Acepté con mucho gusto, pero el tiempo al final nos cayó encima cual borracho después de 5 horas de beber. Tres días antes teníamos que ver lo del audio que al final se resolvió un día antes. Nunca había conseguido un audio tan rápido, le hablé a Mike y ella me conectó con Soony y con Andrew. El monto total $ 800 y el enigma, ¿cómo iba a llevar el equipo al lugar del evento? La mosca que vive en mi cabeza giro y giro hasta que se empezó a golpear en el recuerdo de Gabo, no dudé en descolgar el auricular y cerciorarme que era y es la mejor persona en este mundo, con el corazón más lindo y claro, también con una necesidad monetaria; “¿me pagas la gas?”.
Platiqué con Matiana sobre los gastos, dijo que si y el “Plan 9 de los sombreros del espacio exterior” (en honor a Ed Wood) empezó.
Andrew no podía traerme los CD players, yo tenía que ir a Coyoacan por ellos y el querido y amigable Soony quedó de traerme los monitores (o bocinas) a mi casa a las 6 p.m., lo cual le agradecí de gran manera.
Una maldita lluvia se dejó caer sobre la ciudad y las 6 de la parte de volvieron las 6.40, yo me comía las uñas y le llamaba como loca a Gabo para saber a que hora saldría de trabajar; “más tarde, no tan tarde, pero si un poco más”. Muy preciso él, claro.
Esperé afuera de mi casa con un poco de lluvia y junto a Soony, “no te preocupes ahorita te llama y te dice que ya le desvalijaron el auto, jajajja”.
7.15, por fin, llegó el chico gangster, traje negro, camisa negra, corbata negra y no se si también el alma y el corazón negros. ¿Cómo llegamos a Tlalpan?
La lluvia no paraba y esa avenida muy conocida por sus chicas y transexuales o travestis estaba como estacionamiento, al pasar la estación del metro Xola, todo cambió, 15 minutos después llegamos a nuestra primer parada, la casa de Andrew.
“dan la vuelta aquí, derecho hasta Churubusco, derecho hasta el Aeropuerto”
Y ustedes dirán suena muy sencillo, si claro, así es sino te entra la desesperación y terminas preguntándole a un taxista flaco y a otro gordo y a uno bigotón que hacen que des vueltas y vueltas sin sentido y en lugares total y completamente desconocidos hasta que llega un policía y te dice con cara de burla, “era en la vuelta pasada”.
El celular sonaba y era Carlos diciendo que no había nadie, después que si había gente, tres o cuatro hombres ya medio borrachos y para la última llamada que lo habían sacado de la galería ya que también, era la casa del dueño y se quería dormir.

Por fin, entre lluvia, perros mojados, enojos y puentes, llegamos el gangster y yo. Ana no estaba, solo su padre y efectivamente tres señores de más de 50 años medio borrachos diciendo que Ana llegaría tarde porque trabaja en Polanco. Uno de ellos, el dueño del lugar, ya tenía abrazadas las charolas de bocadillos y no quería soltarlos hasta que el papá de Ana se los pidió y junto a él nos metimos al lugar.

El Centro Cultural Cuchitán es muy pequeño, dos habitaciones, un pequeño patiecito en el cual hay dos cuartitos, uno de ellos es el baño que no tiene puerta, en su lugar hay una cortina pero eso si el junto al inodoro hay pinturas y algunos grabados. Se me olvidaba, había una pileta y en un extremo del patio una repisa con libros y la colección de arte erótico del dueño del lugar.
Poco a poco fue llegando la gente, primero la familia de Matiana, después algunos amigos y al final como tres colados. No se de donde sacaron una mesa y el vino, los bocadillos y galletas aparecieron. Recuerdo que una tía de Matiana me pregunto si “eso” era una casa de cultura.
Tratamos de conectar el equipo pero, no podíamos, faltaban enchufes, extensiones y una mesa donde montar todo. Carlos se dio como tres veces toques con una extensión que tomamos de el refrigerador, la cual estaba llena de tierra y agua.
Rogamos a los músicos del restaurantito de a ladito para que nos ayudaran con una extensión pero no quisieron, pero todo es karma, ya verán.
Entre Carlos y yo solo había miradas de enojo y frustración, Ana con su vestido a rayas negras con blancas nos decía que no nos peliáramos; Gabo platicaba con uno de los borrachos que le regaló un libro que sacó de la repisa de atrás y la familia de Ana bebía y comía.
Dos, tres, fácil más de 10 intentos y nada, no podíamos conectar todo y corríamos el riesgo de tronar una de las bocinas.
Le dimos un descanso a nuestra necedad de conectarnos y vimos las fotos de la “buscadora de sombreros”. Empezó la inauguración con unas palabras del dueño del lugar, seré sincera no recuerdo su nombre. Otro hombre trataba de interrumpirlo y un tercero decía que si alguien llevaba una guitarra para cantar un rato. Había un cuarto personaje que te contaba la historia del famoso queso de Cuchitán, el cual es de sabores y es muy nutritivo. Se la pasó dando probadas que tomaba con sus dedos y diciendo que tan maravilloso era el maestro.
El maestro de ceremonias confundió Panam con Tardan lo cual creo que rompió el aire de miedo que se respiraba.
Volvimos a dar una vuelta por los cuartos y ahora ya se sentía como una tranquilidad, ya éramos parte del lugar, no le huíamos a los señores que horas antes habían tomado mezcal y que trataban de decir algo, aunque no supiéramos que, los escuchábamos.
Las horas caminaron y platicaron con nosotros hasta que, al igual que nosotros decidieron retirarse a descansar. Las 3 de la madrugada y aunque no se rompió una taza, si se supo que algunos invitados se robaron algunos ejemplares de un libro de crítica de arte. Se les entiende, el lugar incitaba al pillaje.
La familia de Matiana y sus amigos fueron los primeros en retirarse, nosotros, Ana, Gabo, Carlos y yo, nos quedamos a escuchar unos poemas eróticos de un libro llamado “Lemura”.
Ana los calificó como muy ricos, mientras que los demás, al igual que el señor vendedor de queso, ya teníamos mucho sueño.
Antes de despedirnos solo escuchamos que le iban a poner la cama al “maestro”, la cual estaba constituida por tres sillas.

No paró de llover y aunque para Ana muy posiblemente fue un fracaso, para los demás fue el ver el otro lado del arte, el real, el de los lugares pequeños, el de los artistas luchones y el de los amigos rateros. El de los gorrones y el de la familia que te apoya. El de realizar un sueño, el de buscar no solo sombreros, también razones por las cuales seguir en la fotografía o en la música. La realidad es mejor que la ficción, nuestra realidad es esta y así fue la inauguración de “buscadora de sombreros”.

Se me olvidaba, la mamá de Ana, Doña Silvia es la neta de persona, saludos señora.

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