jueves, octubre 28, 2004
jueves, octubre 21, 2004
domingo, octubre 17, 2004
Alfredo cada mañana ponía "play" a su grabadora y sonaba "Iván". No sabia si este día fuera bueno o malo, solo sabía que a cada pastilla y a cada peso, su fantasía se cumplía. Tomó la camisa azul cielo con la imagen del "ratón miguelito", sus mallones negros y las zapatillas con moñito. Coreaba felizmente, mientras se pintaba una delgada línea en los ojos y se hacía crepe en el cabello. Para toda su familia seguía siendo Alfredo, aunque el insistiera en que lo llamasen Olivia, como la actriz de "Xanadú", aquella era su película favorita, hasta unos patines se compró con su primer sueldo de la fábrica de jabones. Salio de su cuarto y busco su reflejo en el espejo de la escalera; delgada, alta, con el volumen perfecto en la cabeza y con la esperanza de buscar el amor.
Por las calles algunos la piropean, antes muchos la insultaban, pero desde hace más de dos años ella es muy ella, sin duda; algunos otros solo la miran. Su gran virtud es la puntualidad, la cual le hizo ganarse el puesto de la asistente de Pierre James, un afamado estilista que atiende a actrices y ricachonas. Pierre empezó como Olivia lavando cabelleras y barriendo el piso con Alfredo Palacios, pero ahora era dueño de su estética, de su vida y de quien quisiera cogerse cada viernes. Olivia toma los recados, hace citas y corre entre espejos para suplir a la que hace manicure. En el pequeño cuarto esta sentado un chico rubio de ojos verdes muy grandes y expresivos; Olivia no puede dejar de ver su ropa, saco largo gris, suéter azul, camisa blanca y el cuello alto, pantalón entubado de mezclilla y mocasines negros. Ella solo dice buenas tardes y se sienta frente a el, pide su mano. No puede creer que un hombre tan varonil tenga las manos tan suaves y lindas. "Julia siempre platica conmigo" dice el chico. Un escalofrío recorre el cuerpo de Olivia, si abre la boca su voz se va a quebrar como un vidrio, ¿será así el amor?. "Me llamo Olivia, Julia esta incapacitada, ya sabe, esta esperando. Yo casi nunca hablo con los clientes porque estoy en la oficina, es más espero no lastimarlo, hace como un año que no hago esto, pero era imposible cancelarle su cita, usted nunca respondió a nuestro llamado". La lima se movía de lado a lado de la uña, temerosa, nerviosa. "Esta bien, lo haces bien, y dime, tienes novio???".
Ahora menos alzaría la mirada, era una burla, una pregunta seria o que era eso???
"no, no, no me gustan las relaciones informales, si he de esperar a alguien especial mil años, lo haré". La lima se movía más y más, temía herirlo o que sintiera que las manos le sudaban de emoción. Terminó su trabajo y despidió al cliente, Olivia estaba enamorada.
Pasó un día, dos, tres y el chico no hablaba para pedir otra cita, aunque lo lógico es que pasase una semana o dos para que eso ocurriera. Hasta que el lunes al llegar a la oficina, un gran arreglo floral la esperaba sobre su escritorio. "Quieres ir al cine??, paso por ti a las 8" No podía retener más la emoción, un grito salio de su boca. Luz, Cindy, Mimi y Sol corrieron a ver que pasaba, miles de abrazos, risas y felicitaciones flotaron por todo el lugar, Olivia era correspondida. "¿como te fue?, ¿tiene auto?, ¿a donde fueron?, ¿te besó?" Para todo había una respuesta afirmativa y sensacional, como de cuento de hadas. "Pero cuídate de esa cosa que se pega por andar de locas" le dijo Mimi. Antes no era necesaria esa recomendación, Olivia era virgen y Alfredo también, siempre esperó el lugar adecuado, la persona ideal, el momento romántico. Platicaban en el auto antes de despedirse, a lo lejos Olivia vio a su madre salir de la casa, su padre estaba en Mexicali y sus hermanos seguramente con su abuela. Un beso fue suficiente para planear entrar y estar juntos antes de que Doña Elisa regresara de misa. En la recamara había posters de "Flans", "Fresas con Crema" y "Timbiriche", la cama era matrimonial con un edredón amarillo, un pequeño buró alojaba la grabadora con el mismo casete, el de Iván. Los besos, las caricias y las sorpresas. Olivia pone "play" a la casetera, la música los envuelve. "...Tu para mi eres la estrella, un corazón a todo color, nuestra vida como una dulce mentira -cuentos tiernos - inventos que inventas tu- Vuela - con tu fotonovela vuela - mujer fotonovela...." Los pequeños senos de Olivia se estremecen por las caricias y las mordidas, las respiraciones cortadas, la ropa que no sale tan rápido como ellos quisieran. La ansiedad.
domingo, octubre 10, 2004
Ruido
Por la ventana entra un poco de luz gracias al foco del patio, a mi izquierda estas tú, roncando como si de tu vientre tratara de salir un ser de otra dimensión. A mi derecha, tu gato, lindo y gris, pero encajoso y celoso solo como los mininos pueden ser. Su fuerte ronroneo me ha despertado mil veces y su insistencia en meterse entre mi espalda y tu pecho me tiene harta. No se cual de los dos es más ruidoso si "grisesin" o tu rugido nocturno. Detrás de tanto y tanto, escucho el clic de las manecillas de tu reloj y hasta el crujir de la madera de la escalera. Doy vueltas y vueltas pero nada, ninguno de los dos cesa de dar concierto. Escucho unos pasos en el patio, unos pequeños golpes y una voz medio ronca y torpe que dice "Sol", hasta este momento no sabía que así se llamara la vecina. Otros tres golpes y el mismo nombre se repiten. Creo que hoy no voy a dormir. Hago a un lado la cobija de tigres que tu madre nos regalo el invierno pasado y desenredo la sabana de flores que compre en pagos la semana pasada. Con esa agilidad propia de un gato, "grisesin" toma mi lugar en la cama y te lame el pecho.
Por fin, la mujer abre; su pelo esta igual de sucio y sus ojos hinchados, no se si es por su problema o porque la despertó. Sin darle tiempo a decir algo la empuja hacia dentro del cuarto y escucho como cae sobre trastes, el entra y cierra la puerta, no puedo ver nada. Gritos, llanto y suplicas se mezclan con tus ronquitos y los ronroneos, volteo a verte y parece que esto es un sueño, de esos en los que no puedes gritar, nadie te ayuda y no tienes ni fuerzas para defenderte. Más gritos ahora de los niños, cosas que caen, más suplicas y una frase que creo nunca podré olvidar: "pendeja, te miastes del miedo???". Me siento en el suelo y abrazo mis piernas, quiero llorar pero temo que esto te despierte y que ese hombre también nos haga algo. Más golpes, más ronquidos, ronroneos. Silencio, un espacio de silencio en el cuarto y con los ruidos de aquí se mezcla el abrir y cerrar de una puerta, unos pasos entre los charcos y la puerta de la calle. Por fin, tengo el valor de pararme y ver por la ventana, no hay nada, solo la luz del foco. Regreso a la cama, a mi izquierda tu cuerpo y tus ronquidos, a mi derecha el gato. Te abrazo y dejo que el gato se meta entre nosotros, busco dormir, es mejor acostumbrarme a ustedes, a sus ruidos nocturnos. Son mejores que los de afuera.
viernes, octubre 01, 2004
Diantre, con esta es la cuarta vez en el mes que llego tarde a la clase de la Doctora Liberti y lo más seguro es que pierda mi derecho a examen. Y todo por la idiota de Betsy; no es mi culpa que este embarazada y que sea primeriza y que todo lo sienta como el fin del mundo. Pero la única bruta que tiene que cubrirla hasta que llegue del ginecólogo soy yo, y claro que la Doctora no le importa eso, ella quiere que llegue temprano. ¡gggrrrrr! Odio caminar entre la lluvia, pero ni modo tengo que llegar al menos a media clase. Solo me falta una cuadra y ahí esta el metro. Mierda y más mierda, no me gusta mojarme, no me gusta cubrir el tiempo de panzonas chillonas y no me gusta que Liberti me vea con cara como si apestara.
No puede ser, yo que pensé, sentí, creí que me amaba y no, nada. Como fui tan tonto como para caer en el juego del embarazo. Como pude creer que ese pájaro que crecía en su interior era mío, como pude dejar mi vida por ella, como. No se, tal vez mi gran pasión por los niños, mi deseo de una familia, mi vida vacía. Aún escucho su voz diciendo: “crees que cojo de a gratis????”, claro que no, por eso te llevaste todos mis ahorros, mis ilusiones, mi vida en cuadros. ¿Por qué? ¿Por qué fui tan tonto? Tan confiado, tan yo. Hasta parece que la tarde llora conmigo, la ciudad moja sus calles para llorar conmigo. ¡Hey, cuidado! Ni me escuchó, ¡que gente!, solo pasó y me aventó como un bulto, pero, su mochila, esa mochila, si claro. La imagen, esa muñeca, la sangre, claro, es ella.
“...Oh now go, Walk out the door, Just turn around, Now, you're not welcome anymore, Weren't you the one, Who tried to break me with desire?...”
Solo una cuadra más solo una, luego el metro, dos estaciones, tres cuadras y subir al cuarto piso del edificio, a cada minuto estoy más cerca. ¡Hey, cuidado! Que gente, dios mío!!, que no pueden fijarse más cuado caminan??, ni modo, un empujón no le hace daño a nadie. Mmm, en la quincena compro un paquete de pilas, porque estas están medio bajas ya. Lo que me faltaba, hay cola en la taquilla, ¿Por qué nunca se me ocurre cargar boletos?
¡Espera, espera¡ si claro es lo que buscaba, va para el metro, ¡espera! ¡Hola!, disculpa, ¿te gusta el gore?, ¡Espera, espera¡ ¡¡¡respóndeme por favor!!!
“...I will survive, Yeah, As Long as I know how to love, I know I'll be alive, I've got all my life to live, I've got all my love to give, I will survive...”
¡Pinche gente loca!, lo que me faltaba que un loco se acercara a preguntarme quien sabe que cosa, por eso uso mi discman, para no escuchar las pendejadas de la gente. Si le corro al andén, igual y no me alcanza.
¡Uno por favor!. ¿dónde esta?, mmmm, igual y en este lado, no pudo correr mucho, solo una escalera, no creo que fuera más. ¡Si! Ahí esta y justo, es todo como en mi cabeza, el andén, la chica parada debajo del reloj, su mochila, la imagen de su mochila, esa niña entre sangre y vísceras. ¡Si! Este es mi sueño.
¡Me lleva la chingada! Ahí viene ese loco, le voy a subir más a esta porquería para no escucharlo. Mierda, mierda, se me acabó la pila y este tipo esta cerca. Ya viene el metro, ahorita corro hacia el vagón del final. Pero, ¡dios! ¿Qué le pasa? ¡nooooo!
Tranquila señorita, respire profundo, tome este pañuelo límpiese la sangre de los tenis, otra vez cuénteme todo. El chico la siguió hasta el andén, y justo a un metro de usted se tiro, pero que fue lo que grito, ande díganos.
Que también a el le gustaba el gore…