San Cosme y unos bailarines con conchas en un parque marcan el ritmo de mis pasos, la aún mojada calle me da la bienvenida. Cruzo el parque y
veo a la pubertad correr entre las bancas y golpear mi bolso. Tu figura en la puerta, ¿salias? ¿entrabas?
El pasillo largo y oscuro, la luz de la cocina, te tardaste... Pan quemado y un jitomate sin usar. ¿Vamos al cine?, ya es tarde. ¿vemos una película?
Las largas escaleras, una pantalla y Dobermann, una pulsera rota. Me tengo que ir.
Espera!!!, ¿ya platicamos de esto?
Sueño, un abrazo, un beso, o fueron más??
Las horas, el calor, la piel, estaba soñando??
No!!, me dio un beso la brisa. Los pájaros nos felicitaron;
el sol sólo nos guiñó el ojo ante el suspiro de la luna. Miles de horas después llegé a casa y la grabadora empezó a sonar:
"...Es temprano y tu ya quieres irte y yo te digo que no te vayas sin almorzar,
estas parado al lado de la puerta y yo te veo enojado al no poderte quedar,
tu te sientas junto a mi y en casa el gato pide más té, con tu sonrisa lo ves.
Yo me levanto y preparo la mesa con un lindo mantel de cuadros rojo con miel.
Me ofreces que me quede y me haces un hotcake con un rico café, me ofreces que me quede y tu te sientas junto a mí..." ** ¿Me creerías si te digo que estuve a punto de decirte que en algún lugar de mi alma sentía amor?
¿
y si te digo que el tiempo se congeló?
¿que llegó un momento de tal calma que no deseaba irme?
¿que quiero huir por el miedo a no querer perder lo que sentí? ¿y si te pido que nos quedemos a desayunar?