4.30, creo de la mañana del domingo más largo y doloroso.
caí en la cama creo que por cansancio mientras me acariciaba el vientre, no es por fetiche, te tenía cerca. Al amanecer me di cuenta que no estabas y que no estarías, sentí y comprendí que lo que pasó fue un largo y amoroso adios. Lloré y lloré, nunca creí poder llorar tanto, todo el día, por todos los rincones. Tuve la mala suerte que me llamaran más de dos personas y no pude evitar llorar en la bocina. Me sentia mal.
Pasaron los días y con ellos una extrema necesidad de llamarte, de decirte que en mi mente giraba la misma imágen, tú, bajo mi cuerpo diciendo que me amabas. Traté de romper el teléfono, de esconder el celular, de no ver mi mail.
Ctl, Alt, Supr a mi cerebro.
Mis palabras no son tan metafóricas ni poéticas, pero tienen un dolor constante, por eso no escribo en mi mail, para no llorar ante una pantalla fría que no me va a dar ánimos, que no me va a decir que todo se va a calmar o que lo voy a olvidar con el paso de los días.
Soy, soy la misma que te dijo que te amaba, soy la misma que quiere que recapacites, la misma que decidió terminar con sus fantasmas para darte vida y no dejarte ir aunque tu miedo tocara a la puerta. Esa que desea saber de ti a cada mañana y decirte que duermas cada noche.
No se si los ciegos puedan verme y saber realmente quien soy, pero si así es, ojalá que seas un ciego en poco tiempo.
Tus palabras estan aquí, algunas en forma de puñal aún enterrado en mi piel y otras como caricia que esperan que me duerma para hacer su trabajo, tus palabras.
No quiero que desenredes el tiempo, quiero que lo tejas junto a mí. Piensa que el tiempo es sabio, pero también que la vida es efímera y que a la vuelta de tu viaje puede jugar contigo.
No me dejes dormida en tu piel, despiertamé!!!!!!
Te mandé un par de mensaje sin saber que un mail esperaba en mi correo, no recibí respuesta hasta el momento de darle "enviar", muy posiblemente no quieres responder, dejemos los miedos a un lado, no toda la vida voy a estar aquí y menos tú, el amor no tiene caducidad, nosotros si.
sigo pensandolo y sintiendolo, te amo
atte. la bella durmiente